Pål Enger: el futbolista que se robó "El Grito" y otras obras de arte

Cultura | 2022-04-25 16:21:12

La policía de Noruega capturó por segunda vez a Pål Enger, el ladrón que se robó la obra más famosa de Edvard Munch: "El Grito" en febrero de 1994.

Pål Enger era jugador del equipo de primera división de Noruega Valerenga. En 1988 se habían clasificado para la Europa League, pero los salarios en los clubes eran bajos y los futbolistas tenían generalmente un segundo trabajo para poder pagar las cuentas. Mientras los demás jugadores tenían un estilo de vida modesto, Enger no necesitaba un segundo trabajo y por el contrario derrochaba tirando a la basura la ropa deportiva que solo usaba una vez porque no valía la pena lavarla.

Esa actitud llamó la atención de dos de sus compañeros en el Valerenga que tenían como segundo trabajo ser policías. Un día decidieron hacerle un seguimiento detallado y se dieron cuenta que gastaba una fortuna en relojes, ropa, restaurantes y vacaciones. Pronto descubrieron que sí tenía un segundo trabajo: era un ladrón de joyerías y de dinero en efectivo.

Organizaron un operativo policial para revisar su casa y encontraron colgando en un muro de su casa la pintura "Amor y Dolor" (Vampiro), de Edvard Munch, la cual fue robada el 23 de febrero de 1988 del Museo Munch.

Fue condenado por el robo y después de ser liberado en 1994 volvió de nuevo al crimen. Esta vez a lo grande. Esta vez le encargaron robarse la obra más famosa de Edvard Munch: "El Grito" de 1893. La persona que le dio la tarea le prometió una gruesa suma y le dijo que no estaba interesado en la pintura, que podía quedarse con ella y hacer lo que quisiera.

El exfutbolista aceptó con gusto el reto y contrató a tres cómplices para planear y ejecutar el robo.

La noche del 12 de febrero de 1994, aprovechando la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1994 en la ciudad noruega de Lillehammer, Enger y otro de sus cómplices irrumpieron en la Galería Nacional de Oslo y se llevaron una de las obras más famosas de la historia.

Se llevaron "El Grito" y dejaron a cambio una nota escrita que decía: "Mil gracias por la falta de seguridad". La obra se encontraba temporalmente en el segundo piso del museo por la celebración de los olímpicos y eso hizo que fuera más fácil acceder a ella y robarla.

El exfutbolista abrió un agujero en el techo de la Galería, descendió una escalera de cuerda y robó la pieza de Munch, una pintura tan famosa que la mayoría de los ladrones de arte lo considerarían dos veces dado que es casi imposible venderla aún en el mercado negro.

Enger pidió en marzo de ese año un rescate de un millón de dólares para devolver la pintura, a lo cual se negó la Galería Nacional de Oslo.

Luego procedió a burlarse de los detectives noruegos y pagó por un aviso en el periódico local anunciando el nacimiento de su bebé, que había llegado con "El Grito".

La policía y en general todos los noruegos se sentían burlados, sabían que iba a ser muy difícil atrapar a los responsables del robo. La policía británica ofreció su ayuda y junto con sus pares de noruega y el Museo Getty organizaron una operación encubierta que permitió recuperar la obra el 7 de mayo de 1994 y capturarlo cerca de Oslo.

Fue condenado y se escapó de la prisión durante una excursión en 1999, pero fue capturado 12 días después con una peluca rubia y gafas de sol oscuras cuando intentaba comprar un boleto de tren a Copenhague.

Mientras cumplía su pena, en 2007 Pål Enger se dedicó a estudiar y mejorar sus técnicas de pintura. Primero animales y vehículos, y luego obras abstractas. Después de pagar su condena, abrió en 2011 su propia muestra con una serie de pinturas abstractas y sigue trabajando es sus obras.