¿Paul McCartney contra el rock nacional?

Musica | 2022-08-11 14:20:38

La historia oculta de una nota polémica que hizo enojar a Charly García

En enero de 1983, una revista publicó una serie de notas en las que el Beatle criticaba despiadadamente a los principales artistas del rock nacional. Pero la revisión de aquella historia permite reconstruir cómo se hizo esa entrevista, en tiempos en los que el periodismo podía darse algunas licencias.

Veintiséis de enero de 1983 en Buenos Aires. La revista 10 sale con una tapa bien de verano. “María Laura, la trilliza que no se quiere casar”, como título principal de tapa. María Laura, por entonces 22 años, luce una malla enteriza celeste. El otro título de tapa es una investigación anunciada como “Conmovedor documento”, y tiene vínculo directo con el pasado reciente. “Vimos con ex combatientes la película inglesa sobre la guerra de Malvinas que no se puede ver en la Argentina”.

Y un último anuncio destacado, apenas en el extremo inferior derecho: “Illia, su vida, su muerte” (había muerto esa semana, a los 82 años). Era el número 69 de la revista, que costaba 57.000 pesos.

Por entonces, las revistas formaban parte de la cultura y la conversación cotidiana de los argentinos. Gente, La Semana, Humor, Siete Días... Todas vendían de a miles y tenían un prestigio y una preponderancia absoluta en la opinión pública.

En este contexto, la revista 10 no estaba entre las más vendidas, pero esta vez ofrecía una gran sorpresa en el interior: una nota “exclusiva” con Paul McCartney, unos años después de la muerte de su amigo John Lennon, y un título bomba. “No me gusta el rock de los argentinos”.

La bajada anticipa un material original y atractivo. “Le hicimos escuchar al ex Beatle ocho temas diferentes de otros tantos intérpretes nacionales. Una hora después nos dio su veredicto”.

Las imágenes muestran a Paul recostado en un sillón, efectivamente como si estuviera escuchando música, las patas cruzadas, los ojos cerrados, una ceremonia íntima de disfrute y relajación. Las fotos están firmadas por Homer Sykes, de la agencia Camera Press, un fotógrafo inglés de mucho prestigio. Aún hoy, en su sitio web se ve el catálogo de fotos que ofrece. Hay muchas relacionadas con el rock, y con Paul McCartney, una gira del año 1975 con los Wings y Linda McCartney.

La nota no tiene desperdicio, por lo despiadado del análisis de Paul. “¿El resultado? Desastroso. Le perdonó la vida a dos o tres, pero de mala gana”, anticipa el texto.

“Pensamos que, para comenzar, Nito Mestre era un buen bocado”, se lee en los primeros párrafos. Le hacen escuchar “Enero Va”, del disco “20/10”. La conclusión de Paul parece buena: “Buen baladista, algo me gusta pero no sé qué… No se pueden negar las influencias de Cat Stevens, de James Taylor”, dice Paul.

Sigue la experiencia con Charly García. Le hacen escuchar “Peluca Telefónica”. “¿Así que esto es el rock argentino? O Rock nacional, como dicen ustedes. No me convence. Son trozos de temas conocidos y malos”, castiga Paul.

Luego pasarán Celeste Carballo (“Esta mujer tendría que tranquilizarse. ¿Si me recuerda a Janis Joplin? No, por Dios, nada que ver”), Sandra Mihanovich (“Esta que se dedique a la balada y que no grite más”), Juan Carlos Baglietto (“Este es tanguero, no? Melancolía pura”, al escuchar “Era en abril”), León Gieco (“Acá hay búsqueda, algo folk, pasable”), Raúl Porchetto (“Ninguna maravilla, pero se salva, éste es raro”) y Piero (“Puaj. Dulzón, casi empalagoso, a que es italiano”).

Entre escucha y escucha hay detalles de intimidad; “Se sirvió un gin tonic con mucho hielo, aunque confesó que su lugar predilecto para tomarlo era la bañera”. Un hallazgo.

Segunda parte: Paul escucha a Pappo, Spinetta, Lebón
La nota tuvo inmediata repercusión y a la semana siguiente, el tema llegó a la tapa de la revista. “Polémico. Paul McCartney vuelve a hablar de los rockeros argentinos”. En la imagen principal, Silvana Suárez, en bikini, y el título principal hablaba de su dieta: “Haga la dieta espiritualista de Miss Mundo. Baje 7 kilos comiendo de todo”. El tema Malvinas seguía en tapa (recordamos, 2 de febrero de 1983, N°70, $60.000, sí, ya había inflación). “Cómo es el teniente que le hizo un corte de manga a los ingleses”.

Londres, exclusivo, segunda parte. Los nuevos artistas criticados por Paul eran Miguel Cantilo (“Como sonido es un poco primitivo”), María Rosa Yorio (“Esta señorita tiene que dejar el rock”), Riff (“Esto es rock, no puede negarse, pero también es primitivo”), Marilina Ross (“Tiene mala voz, pero transmite sentimientos”), Luis Alberto Spinetta (“Es otro baladista… pero anémico”).

Además, estaban -atención presidente- Lito Nebbia (“La música no me gusta, su manera de cantar tampoco, pero en este tipo hay algo agradable”), David Lebón (“La letra no está mal, pero la pobreza del sonido…”), Los Helicópteros (“Hacía siglos que no escuchaba algo tan ridículo”) y Rubén Rada (“Esto es sensacional”). Las fotos eran las mismas de la semana pasada, como si hubiera sido la misma sesión de escucha.

Tercera parte: los rockeros argentinos le responden a Paul
Ultimo capítulo de esta historia, que vuelve a estar en tapa. Una semana después, 9 de febrero de 1983, N°71 de la revista 10. Marina Borensztein en bikini, en tapa, “La hija de Tato, 16 años…”

“Los rockeros argentinos le contestan a Paul McCartney”. En el texto hablan de las notas anteriores y ofrecen este descargo a los músicos argentinos. “De los 16 contestaron 12”.

Entre todos los que respondieron hay entre desilusión y cierta desconfianza. “Hay que ver el contexto”, “qué le hicieron escuchar”, “cómo estaba él”. Un respeto reverencial, casi un agradecimiento por haber escuchado la música que hacían, más allá de haber criticado a casi todos.

El más dolido pareció Charly García. "De eso no pienso hablar, porque me parece mal", dijo Charly ante el cronista que lo fue a buscar a su departamento de Coronel Díaz y Santa Fe. "Él no puede tener idea de eso. Además, me parece que ir a mostrarle un disco mío a Paul McCartney para que lo critique es una mala jugada, una bajeza". "¿Por qué?", preguntó el cronista. "Nada más, no hay más respuestas", dijo Charly enojado, y partió hacia un recital en Banfield.

Luis Alberto Spinetta advirtió algo extraño: “No sé qué opinar de esto, primero tendría que saber qué temas le hicieron escuchar y después qué fue lo que contestó realmente, porque hay unos giros en la nota que no son precisamente ingleses”.

Raúl Porchetto también desconfiaba, a pesar de que había sido uno de los pocos que había sido elogiado. “Me gustaría escucharlo en inglés para saber exactamente lo que opinó. “No me cabe que haya dicho algunas cosas, porque cuando una persona está de vuelta como él tiene que tener humildad y respeto y, fundamentalmente, madurez”, dijo entonces.

Spinetta y Porchetto tenían razón. No existió encuentro alguno con McCartney, no escuchó ocho artistas y luego otros ocho. Fue todo inventado.

Algunos de los periodistas más importantes del rock actual miraron la nota con desconfianza. Alfredo Rosso, Mariano del Mazo (Página12), José Bellas (Clarín). Ninguno de ellos recordaba la nota, pero no la creían verosímil.

La primera confirmación fue la de Fernando Blanco, ex bajista de los Super Ratones y actual integrante de Nube9, además de haber escrito tres libros sobre los Beatles junto al periodista Sergio Marchi. “Me acuerdo de la nota, causó revuelo, pero es falsa”.

Para algunos músicos pasó desapercibido (o quizás pasó mucho tiempo ya).

Sandra Mihanovich, por ejemplo, no lo recuerda. Nito Mestre, también consultado tampoco tenía registro de esa nota. Y, además, Nito es uno de los pocos que sí tuvo el privilegio de haber sido escuchado por McCartney, porque el ex Sui Géneris fue telonero de su primer show en Argentina, en 1993. “Ese show lo escuchó entero al lado del escenario con su hijo, nos fuimos a su camarín y me felicitó”, recuerda Mestre.

Raúl Porchetto ratifica hoy aquello que había dicho entonces: “No lo creí porque un hombre con su sensibilidad no hubiera dicho eso, es un genio que está más allá de su ego. Un análisis así tenía que ser de 'un argentinito'”.

¿Quién firmó esas supuestas dos notas exclusivas en Londres?

Jorge Churba, corresponsal en Londres se comunicó con él para intentar chequear la veracidad de esas notas. Churba vive en España, en un pequeño pueblo alejado de las grandes ciudades, “y también del periodismo”.

Ante la consulta Churba confirma que fue corresponsal en Londres de la revista en los años 80. “Solo te puedo decir que yo no tuve nada que ver con eso”. Suena cortante, a pesar de que el contacto es vía mensaje directo de Twitter. Un par de preguntas más y se mantiene firme, sin agregar nada: “Sí, ya me preguntó hace poco y le contesté lo mismo: yo no tuve nada que ver con eso”.

¿Le trajo problemas, tuvo repercusiones?

“Me enteré tiempo después de que esa nota apareció con mi nombre. Nunca nadie se había preocupado por el asunto, salvo vos. Soy jubilado y vivo en el campo”.

“Por supuesto, como no tuve nada que ver con esa publicación, tampoco cobré por ella”, agrega Churba.

Efectivamente, la nota fue escrita en Buenos Aires, y así lo cuenta alguien del staff de la Revista 10, que prefiere mantener el anonimato. “Por entonces llegaban fotos de agencias del exterior y se armaban notas. En este caso alguien vio las de Paul McCartney en una situación como de contemplación, como si estuviera escuchando música. Escribieron el texto y se lo firmaron al corresponsal, que no tenía ni idea”, explica.

“La única precaución que había que tener era firmar el crédito de las fotos, porque si no podías tener problemas legales”, agrega la fuente que trabajó en aquella redacción.

Según algunos testimonios, la periodista Gloria Guerrero escribió entonces en la revista Humor una nota en la que se desmentía la publicación. Pero Guerrero no lo recuerda.

"Me hiciste reír con esa nota. No la tenía en la cabeza, ahora que la veo la recuerdo vagamente. ¿Si yo fui la única que la denunció por trucha? No me acuerdo. Más que una denuncia, fue algo de sentido común", dice Gloria. "Que yo haya llamado a las oficinas de Paul McCartney es un mito urbano", agrega.

Casi 40 años después, Porchetto trata de entender por qué se hicieron esas notas: “Había que darle al rock argentino, ahí estaba la cuestión. Esa es mi humilde interpretación de lo que pasó”.

Desde la redacción le bajan el precio a las teorías conspirativa: “No era algo contra el rock nacional, como dice Porchetto. Había que llenar la revista y no pasaba nada. Era enero”.

Por Diego Geddes